sábado, 25 de septiembre de 2010

Añoranzas

Añoranzas

Jugábamos a volvernos invisibles
En las tranquilas horas de la siesta,
Cuando en la casa dormían los abuelos
Sus largos sueños de flores azuladas.
Mi hermana y yo nos convertíamos
En pasajeras de un viaje inolvidable,
Silencioso secreto del desvelo insolente,
Danzando entre el follaje,
Atravesando paredes y fronteras.

Nos aguardaba la calle lisonjera
Enamorada del sol y la ribera,
La lujuriosa mirada del estío,
El amor escondido en las esquinas
Y entre canciones que ya nadie cantaba.

Hoy nos aguarda tan solo la esperanza
De volver a recorrer aquel paisaje,
De desandar calendarios y suspiros,
De volver a jugar con los espejos.
¡De volver a la vida!... de escapar
Del asedio inevitable de la muerte….
                                                   Ana María Daviou

Mascaras



De vez en cuando regresa la niña
De un país sombrío, casi sin infancia.
Solo de vez en cuando….

Comete alguna travesura
Debajo de las alfombras
Sumisas del hormiguero.
O salta por los balcones
Que bostezan a su paso.
Se desliza entre los rieles
De una página amarilla…
De vez en cuando la niña
Recuerda las margaritas,
Se trepa al árbol de moras,
O regala suspiros a los transeúntes.
Desveladas noches soñando utopías
Sobre las almohadas de la idolatría.
Sufre la pequeña porque la picana
Desgajó sus senos al caer la tarde.
Sonríe el verdugo desde su escondite
De falsas nodrizas sobre la vereda.
Tiene corto el pelo la niña y el duelo
Reveló el secreto de su travesía.
De vez en cuando la niña juega
Con marionetas febriles,
 con letreros luminosos,
con el circo de su vida
con máscaras y antifaces.

De vez en cuando la niña
Promete no regresar….
Que el césped está muy verde
Y en su mirada el ocaso
Refleja desolación.


                Ana María Daviou